Deseaba un apocalipsis,
porque solo veía como todo iba a peor,
y así habría una forma de acabar con todo
sin tener que poner excusas,
o pedir perdón.
Veía películas,
porque así evitaba pensar,
se olvidaba de todo por un momento,
se olvidaba de sí misma,
y dejaba de odiar.
Y se preguntaba cada noche,
por cómo alguien puede querer desaparecer y no hacerlo a la vez,
por cómo podía ser todo tan fácil y difícil al mismo tiempo.
Así se alegraba y a la vez se entristecía
por haber conseguido pasar otro día.
A.
A.