ska-p en los altavoces,
buena gente al rededor,
brisa de playa soplando,
y el mar con ruido ensordecedor.
me di cuenta de que sentía más
de lo que pedía,
de que pensaba más
de lo que lograba decir,
y aún así me entendían.
puedo decir que me siento mejor
desde que me dejé disfrutar.
me dejé ser feliz,
algo tan simple como eso,
y lo mejor es que funcionó.
y es que muchas veces se nos olvida
que tenemos derecho a pasarlo bien,
a no sufrir tanto
y vivir más.
que está muy bien ser responsable,
pero también hay que serlo de nuestra propia felicidad.
y así,
entre buenos amigos y buena música,
me doy cuenta de lo tonta que he sido,
de que he hecho las cosas mucho más difíciles
de lo que realmente son,
y de que ese es el fallo de la mayoría de gente.
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